El entorno de la distribución en España goza de una excelente salud en parte porque las empresas del sector han sabido apoyar su gestión en soluciones tecnológicas que les han permitido aumentar de manera paulatina su productividad. Los ERP en el sector de la distribución deben poner el foco, como mínimo, en tres áreas funcionales: la operativa, la financiera y la administrativa. La gestión integrada de estas áreas permite a las empresas, ser más productivas, más eficientes y crecer de manera sostenible. El sector de la distribución desempeña un papel estratégico en el crecimiento de la economía española, ya que se considera un servicio básico. Se trata además, de un entorno en el que compiten muchas y variadas empresas para ofrecer el mejor servicio posible a sus clientes y, lo hacen con el objetivo de la eficiencia.
El sector textil, por ejemplo, “luce un tipo” excelente con exportaciones récord(creciendo un 50% desde 2009). Gran parte del éxito de la distribución en España tiene que ver con su percepción, hace ya una década, de la importancia de la participación de la tecnología en determinados procesos, como por ejemplo mejoras en la logística y gestión del almacén. Este tipo de inversiones tecnológicas ha procurado una mejora sustancial en determinados procesos y ha proporcionado retornos de la inversión a las empresas que lo conforman, rápidos y seguros.
Con la aparición del comercio electrónico y la competencia a nivel global, el mercado ha cambiado significativamente, los clientes se han vuelto más exigentes y esperan tiempos más cortos de respuesta. Estamos ante un sector que apuesta por la mejora continua y por ponerse del lado del comprador, haciendo que el “vendedor” se adapte a los hábitos que impone la nueva sociedad de consumo en la que prima el aquí y el ahora, la rapidez, la sencillez y el dinamismo.
as opciones que plantea una solución de gestión empresarial integrada para el sector de la distribución son muchas y desde diversas áreas, no solamente en la financiera y administrativa, sino también en el control del almacén, facturación, cadena de suministro, etc. Cualquier sistema de gestión empresarial volcado en cubrir las expectativas de un sector tan exigente, debe facilitar el control real del stock, gestionando mínimos y máximos por almacén y producto, facilitando información sobre las mercancías pendientes de recibir, generando automáticamente las propuestas de compra en función de las necesidades de abastecimiento, etc. Un sistema ERP que mire al entorno de la distribución debe poner el foco, como mínimo en tres áreas funcionales, estratégicas: la operativa, aportando una mayor eficiencia en los procesos de almacén, por ejemplo, ofreciendo su capacidad para asociar códigos de barras, logística, gestionando la trazabilidad de las mercancías, etc.; la financiera, gestionando de manera óptima el circulante de la empresa para obtener el mayor margen posible de beneficio y; la administrativa, trazabilidad de los documentos, por ejemplo los referentes a facturas físicas y electrónicas, albaranes, comunicación con entidades bancarias, gestión documental, declaraciones, etc.
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